Post-Traumatico

Bajo de un 405 acompañada de Raúl. Vamos a ver a Ismael Serrano al Teatro de Verano. Un hermoso teatro al aire libre, donde se ve en el horizonte el río ancho como mar bañado por las luces de Montevideo, cuando se esconde el sol.
Miro para atrás, y a Raúl lo abraza una morocha chiquita. Se da vuelta, me mira, me esquiva y se va para el mismo lado que nosotros, unos pasos mas adelante. Es su ex.
Kitty se queda muda. Muda de coherencia, balbucea anécdotas mientras en su cabeza ve fantasmas. Raul le pide perdón por el momento incomodo. Seguimos hablando. Entra Ismael Serrano, y Kitty vuelve a ver fantasmas con banda sonora de canciones de recuerdo y de desamores. Kitty apoya la mano en la pierna de Raul, y el la agarra fuerte, hace dibujos con los dedos, inventa seguridad. Y ahora Kitty tiene miedo. Mientras, Ismael sigue rasgando la guitarra, cantando las mismas canciones que Raúl le toca en la guitarra para despertarla los domingos. Solo que Ismael tiene el rió ancho como mar de fondo.
Le llega un mensaje a Raúl. Lo contesta sin soltarme la mano, dibujando de nuevo en mis dedos. Y a mi el fantasma me vuelve en colores.
Salimos y Raúl me invita a la casa. Dormimos en la cama de una plaza, el acariciándome la panza. Se duerme antes. Y yo lloro en silencio un ratito, y me duermo. A la mañana me despierta, me hace el café con leche, me tapa con una frazada y se va. Unas horas después, me vuelvo a levantar. Vuelvo a casa, me conecto, escribo este post, y mojo el teclado con un par de lágrimas.
El fantasma vuelve. Me dice que se llama inseguridad, que tiene nombre de mujer, que se llama Kitty.
Y mientras, escucho esta canción, en la ventana miro el río ancho como mar...