jueves, 3 de noviembre de 2011

Cuando nos extrañemos...

No voy a mentir.
Estoy extrañando.
Y mientras viajo en un omnibus de pueblo a pueblo
y escucho esta cancion, algun lagrimon se me escapa.




"No se si vos sabes,
pero cuando nos estemos extrañando,
mira el cielo,
te encontrare en la luna..."

jueves, 27 de octubre de 2011

miércoles, 5 de octubre de 2011

Oso demagogo, por la salud y alegría de los niños del barrio! (con link editado!)

Si no reconocen esta foto es por que no hay pasado por el blog de MamelucoTelepatico (shame on you!). O sea que si quieren saber el por que de este titulo ( y no se lo imaginan sólitos) dense una vuelta por el blog de nuestro artista monoprenda favorito y se llevaran una sorpresa.











lunes, 19 de septiembre de 2011

Hola Lalo!

Hola! Este es Lalo, mi ukulele. Y la de atrás soy yo. Si tienen un oído muy avezado no les recomiendo darle play. Pero uds. vean.


martes, 30 de agosto de 2011

martes, 16 de agosto de 2011

No postea quien no quiere!

Ayer estaba recostada en la cama, a punto de dormirme y se me ocurrió una idea para un post.

Se me ocurrió que tendría que ponerle ademas un vídeo de youtube para que fuera mas explicativo.

Se me ocurrió que iba a tener que googlear "como insertar un video en un post en blogger".

Se me ocurrió un titulo incluso.

Lo que no se me ocurrió fue anotarlo.

Asi que se quedan con este post, que es una promesa hermosa de este anterior que les comentaba, pero que no es, por que me olvide.

Esto es para que vayan viendo que este blog y yo no somos mas unos borregos...

martes, 28 de junio de 2011

Pequeño elogio al nunca bien ponderado "Estomago Resfriado".

Y así me siento a la mañana,
desgarrada, incomprendida.
Con manojos de papeles de colores,
exigiéndome la liberación.
Con los bolsillos vacíos,
y la mirada perdida.
Asi me siento a la tarde,
con el reloj de compañia.
Con el cafe con leche humeante,
y el golpeteo percusivo,
de mis dedos amarillos,
contra la madera pulida.
Y así me siento a la noche,
cuando escucho la llave en la puerta,
y me contas tu jornada,
y yo te cuento la mía.
No hay nada que me desespere mas,
que inunde mis pensamientos,
acelere mi pulso,
indigne mis ansias,
que tener un regalo
abajo de la cama,
y tener que esperar aun,
-para ponerlo en tus manos-
otras dos semanas.

lunes, 6 de junio de 2011

Tadaaaaaaaaaaaaaaaa!

Y?

No notan nada nuevo?...

Y ahora?

En serio?

Miren bien...

Ahora?



Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

Para uds, ávidos lectores, tenemos estética nueva en el blog. Fuimos al peluquero de blogs (el sr. Telepático) y conseguimos esto. Buen trato ¿no?.


martes, 31 de mayo de 2011

Se les notifica por este medio que:

Soy hija del rigor

por eso escribo capítulos de tesis enteros de madrugada

15hs antes de una entrega final

mientras como mousse de limón,

escucho "Tranformer" de Lou Reed

y posteo en mi blog.


Saludos cordiales,

Kitty.

martes, 12 de abril de 2011

Y ahora, quien podrá defenderme?

Les voy a relatar un suceso, del cual hasta ahora, no puedo encontrar explicación. Un suceso de tal magia e irracionalidad, que seguro no me van a creer. Pero allá ustedes, incrédulos imberbes, que le han perdido la fe a la magia y la telepatía...

Hace algunos días, la Srta. Wu caminaba a altas horas de la madrugada por una calle de Montevideo. Una calle ni muy oscura, ni muy iluminada. Tampoco muy concurrida, ni tan desierta. En resumidas cuentas, una calle de asfalto, con semáforos, veredas, y esas cosas que hacen que una calle sea una calle y no una lata.
Demas esta decir que no tengo necesidad de contarles que hacia la Srta.Wu paseando a tan altas horas de la madrugada por una calle de Montevideo, asuman -para mantener mi impoluta imagen- que involucraba el retorno de una intrépida aventura donde había tenido que luchar cuerpo a cuerpo con un ron con sprite.
En medio de esta marcha triunfal se detienen a mi lado (en una motocicleta) dos malhechores.
Y en este momento sucede todo.
En mi cabeza retumba un solo pensamiento.
"Y ahora, quien podrá defenderme?".
Y a lo lejos, diviso un bólido dorado que se acerca hacia la zona de peligro. Con el brazo extendido, veloz como una saeta, se acerca un superheroe de porte magnánimo.
Ligero como el viento.
Rápido como el sonido.
Fuerte como empanada de menta.
Caballeresco como "El Príncipe Valiente".


SUPERMAMELUCO!

Con gracia y pericia, ahuyenta a los malvivientes y gentilmente se ofrece a acompañarme en el camino de vuelta.
Mi cartera y yo estamos a salvo.

Uds. podrán decir que fue pura suerte. Que justamente, El Mameluco Telepático pasaba por ahí mientras se inspiraba haciendo canciones de conejos. También podrán decir que lo mio fue una alucinación, que solamente fue un transeúnte amable que espanto a los amigos de lo ajeno. O en el peor de los casos, que todo esto fue mentira.


Pero si quieren, pueden preguntarle al Mameluco.



sábado, 5 de marzo de 2011

Blame it on Carver.

Hace un tiempo conocí a Carver. Un escritor minimalista que gustaba de escribir cuentos cortos, con comienzos y finales truncos. Este cuento que escribí es un humilde (y poco respetuoso) elogio a él.

"Hoy pase por una veterinaria y te compre un perro. Lo vi en la vidriera y pensé en vos. Entre a casa y te dije "te compre un perro". Tendrías que haber visto tu cara. Bajaste la música y me pediste que te lo dijera de nuevo (aunque no era necesario, lo tenía entre los brazos). Te compre un perro. Recién ahí levantaste una ceja y lo miraste. Vi tu sonrisa. Era media sonrisa, pero en vos es suficiente. Lo deje en el piso y se acerco a tus zapatos. Zapatos rojos. ¿Qué harías un sábado a la mañana con zapatos rojos de taco? No lo sé. Evidentemente el perro tampoco, no podía dejar de olfatearlos. Y vos alternabas la vista entre tus pies y yo. Al fin te animaste a levantarlo y te lo pusiste en la falda. El perro miraba de nuevo a tus pies (extrañando los zapatos) hasta que le tironeaste una oreja. Lo agarraste de las patas delanteras y le estrujaste las almohadillas con dos dedos. Ahora si tenía toda tu atención. Me puse a cocinar y te miraba de reojo. Estabas sentada en el piso como un niño y lo mirabas casi sin pestañar. El perro saltaba sobre tus pies y trataba de acurrucarse. Te paraste bajo el marco de la puerta de la cocina con el animal entre tu brazo y tu codo izquierdo, y me preguntaste:

- ¿Necesito un perro?-.

- No. Lo vi y pensé en vos. No en vos propiamente, pensé que era perfecto para vos. No me gusta que te quedes sola cuando me voy.

- ¿Y si un día no tengo plata para alimentarlo?

- ¿Me estas pidiendo la media pensión alimenticia para el perro?

Acerco la cara del perro a la suya y frunció la boca. Solté una carcajada al momento que le sujetaba la mandíbula y le daba un beso. Levanto el perro a la altura de mi rostro y nos miro intermitentemente a uno y otro, hasta pronunciar sarcásticamente:

- Si. Es igualito a vos. Un excelente reemplazo para cuando no estás...

Deje al animal en el piso y la abrace fuerte. Sentí humedad en el cuello, pero cuando se separo de mi se dio vuelta y en cuanto levanto el rostro estaba perfecta. Se miro de nuevo los pies y dijo:

- Le gustan los zapatos rojos a little Toto.

- Debería protegerlo de que le pongas de nombre Toto.

- Para empezar, si querías proteger a un ser vivo inocente, no lo hubieras traído...en segundo lugar, no le digas eso a Toto. Ya percibo que es un animal susceptible.

- ¿Lo vas a torturar con Madonna cuando me vaya?

- Si. Es mi chantaje para que te quedes.

- No negocio con terroristas musicales...

- Quédate.

No se merecía una mentira por respuesta. Así que volví a besarla (aun cuando eludir una respuesta sea solo una mentira cobarde) y le sonreí. Una sonrisa de que todo va a estar bien. Ella sabía que no, y yo también.

- Visto y considerando tu falta respuesta, lo voy a obligar a ver películas de Marilyn Monroe también.

Y con una enorme sonrisa triste levanto Toto para darme la espalda y sentarse a jugar con él. Mientras yo seguía en la cocina haciendo esfuerzo por cocinar como a ella le gustaba. Si, le había comprado un perro. Pero no había resultado tan mal."

jueves, 10 de febrero de 2011

Manual Del Perfecto Vecino

Las convenciones sociales en los ascensores pueden ser un dolor de cabeza para los vecinos desprevenidos o transeúntes poco habituados a este delicado momento de la vida compartida. Si bien uno puede tener suerte y vivir en algún apartamento antes del 4to piso, el resto de los mortales debemos sufrir, por lo menos una vez a la semana (los mas suertudos) el acecho de este inminente y claustrofobico momento incomodo. Por eso, me voy a tomar el tiempo de detallar algunos prototipos de conversación con vecinos y que se debe, y no se debe hacer en ese momento.

Opción 1: La vecina cincuentona de paso nos pregunta donde compramos una musculosa que tenemos puesta.

Donde querríamos decir: "Señora vecina, ubíquese a su edad y no trate de hacerse la borrega con una musculosa con estampado de manzanitas, criterio".

Usted dirá: "La compre en el local nº 27 de la Galería de las Pamplinas y estaba escondidita en el fondo, seguro quedan todavía."

Beneficios: usted la estimulara a una compra, y eventualmente, el buen raciocinio le dirá que ese estampado juvenil no es para ella. Ergo, no volverá a preguntarle donde compro su ropa.

Opción 2: El vecino (que por mala suerte incluso se baja después que usted) pregunta como le va en la carrera para, después de hacer este fortuito comentario, preguntar "¿que es lo que estudiabas?".

Donde querríamos decir: "Y todavía me falta, hago Ciencia Política".

Usted dirá: "Y, mas o menos. Hago Ingeniera Molecular Bioestadistica".

Beneficios: Usted no quedara como un tontuelo que no cursa en tiempo una carrera normal, si no como un esforzado visionario de lo que sea o pueda llegar a ser - con todo lo que implica lo rimbombante del titulo - la Ingeniería Molecular Bioestadistica. Póngase creativo, es su
oportunidad.

Opción 3: El vecino, de edad avanzada, le comenta que esta mas flaca.

Donde querríamos decir: "Es que estoy teniendo sexo como una marrana".

Usted dirá: "Si, estoy haciendo mas ejercicio".

Beneficios: Si el vecino ya lo sabe por ruidos molestos, pasa el momento incomodo con la gracia de una gacela. Si el vecino es completamente inocente, se evitara el momento desagradable del infarto cardíaco con toda la parafernalia de Ambulancias y etcs.

Póngalos en practica, su viajes en el ascensor mejoraran exponencialmente.

Próximamente veremos "Tópicos que puede usar en los pocos placenteros viajes de ascensor si usted los prefiere a los incongruentes silencios incómodos".