jueves, 3 de noviembre de 2011
Cuando nos extrañemos...
jueves, 27 de octubre de 2011
miércoles, 5 de octubre de 2011
Oso demagogo, por la salud y alegría de los niños del barrio! (con link editado!)
lunes, 19 de septiembre de 2011
Hola Lalo!
lunes, 12 de septiembre de 2011
Hola. Vengo a robar la plata de nuevo.
martes, 30 de agosto de 2011
martes, 16 de agosto de 2011
No postea quien no quiere!
martes, 28 de junio de 2011
Pequeño elogio al nunca bien ponderado "Estomago Resfriado".
lunes, 6 de junio de 2011
Tadaaaaaaaaaaaaaaaa!
martes, 31 de mayo de 2011
Se les notifica por este medio que:
jueves, 28 de abril de 2011
martes, 12 de abril de 2011
Y ahora, quien podrá defenderme?
sábado, 5 de marzo de 2011
Blame it on Carver.
"Hoy pase por una veterinaria y te compre un perro. Lo vi en la vidriera y pensé en vos. Entre a casa y te dije "te compre un perro". Tendrías que haber visto tu cara. Bajaste la música y me pediste que te lo dijera de nuevo (aunque no era necesario, lo tenía entre los brazos). Te compre un perro. Recién ahí levantaste una ceja y lo miraste. Vi tu sonrisa. Era media sonrisa, pero en vos es suficiente. Lo deje en el piso y se acerco a tus zapatos. Zapatos rojos. ¿Qué harías un sábado a la mañana con zapatos rojos de taco? No lo sé. Evidentemente el perro tampoco, no podía dejar de olfatearlos. Y vos alternabas la vista entre tus pies y yo. Al fin te animaste a levantarlo y te lo pusiste en la falda. El perro miraba de nuevo a tus pies (extrañando los zapatos) hasta que le tironeaste una oreja. Lo agarraste de las patas delanteras y le estrujaste las almohadillas con dos dedos. Ahora si tenía toda tu atención. Me puse a cocinar y te miraba de reojo. Estabas sentada en el piso como un niño y lo mirabas casi sin pestañar. El perro saltaba sobre tus pies y trataba de acurrucarse. Te paraste bajo el marco de la puerta de la cocina con el animal entre tu brazo y tu codo izquierdo, y me preguntaste:
- ¿Necesito un perro?-.
- No. Lo vi y pensé en vos. No en vos propiamente, pensé que era perfecto para vos. No me gusta que te quedes sola cuando me voy.
- ¿Y si un día no tengo plata para alimentarlo?
- ¿Me estas pidiendo la media pensión alimenticia para el perro?
Acerco la cara del perro a la suya y frunció la boca. Solté una carcajada al momento que le sujetaba la mandíbula y le daba un beso. Levanto el perro a la altura de mi rostro y nos miro intermitentemente a uno y otro, hasta pronunciar sarcásticamente:
- Si. Es igualito a vos. Un excelente reemplazo para cuando no estás...
Deje al animal en el piso y la abrace fuerte. Sentí humedad en el cuello, pero cuando se separo de mi se dio vuelta y en cuanto levanto el rostro estaba perfecta. Se miro de nuevo los pies y dijo:
- Le gustan los zapatos rojos a little Toto.
- Debería protegerlo de que le pongas de nombre Toto.
- Para empezar, si querías proteger a un ser vivo inocente, no lo hubieras traído...en segundo lugar, no le digas eso a Toto. Ya percibo que es un animal susceptible.
- ¿Lo vas a torturar con Madonna cuando me vaya?
- Si. Es mi chantaje para que te quedes.
- No negocio con terroristas musicales...
- Quédate.
No se merecía una mentira por respuesta. Así que volví a besarla (aun cuando eludir una respuesta sea solo una mentira cobarde) y le sonreí. Una sonrisa de que todo va a estar bien. Ella sabía que no, y yo también.
- Visto y considerando tu falta respuesta, lo voy a obligar a ver películas de Marilyn Monroe también.
Y con una enorme sonrisa triste levanto Toto para darme la espalda y sentarse a jugar con él. Mientras yo seguía en la cocina haciendo esfuerzo por cocinar como a ella le gustaba. Si, le había comprado un perro. Pero no había resultado tan mal."